domingo, 11 de septiembre de 2011

Miss sunshine

-Así que... si te atiborras a helado, engordarás. Si no los comes, serás guapa y delgada, cielo.


- Mamá...

- Cariño, quiero que sepas que no pasa nada si eres delgada. Ni si eres gorda. Siempre que tú seas lo que quieras ser.

- Vamos a ver, Olive. Respóndeme a esto: esas mujeres de Miss América... ¿son delgadas o gordas?

- Pues... son delgadas, creo.

- Sí, no creo que se inflen a helados.







Pequeña Miss Sunshine

No quiero

No es justo vivir así. No es justo haber dejado de sentirme cómoda siendo yo. Ya no quiero ser yo, nunca más.


No quiero cambiar por gusto. Tengo que cambiarme, porque si no, acabaré con todo para liberarme de este cuerpo de mierda que me está robando las ganas de vivir.


Estoy mal hecha, completa e irremediablemente mal hecha. Me siento eternamente sola, y aunque me juré y perjuré que nunca necesitaría nada de nadie, mataría porque alguien ahora mismo viniera a mi cama y me diera un abrazo de verdad. De los que no significan nada más que 'estoy aquí'.

No estoy preparada para lo que se avecina. No estoy preparada para que salga el sol y empiece otro día, para otro fracaso, para otro curso, para volver a empezar. Le quiero a él, aquí. Quiero que ella no se vaya. Quiero tener una familia normal, y una madre que se preocupe de alguien más que de sí misma.

No quiero estar aquí, llorando a escondidas, destrozándome, escondiendo los papeles con sangre, pensando en todo esto.

No quiero estar.