viernes, 14 de marzo de 2014

Mendigando

Que a estas alturas te siga queriendo es la puta mierda del reflejo de lo que nunca llegaremos a ser. Maniatadas las palabras a las voluntades no les queda mas que volverse deshaciendo el camino que fueron marcando el polvo. Hace tanto que perdí la guerra que me pregunto para qué tantas batallas, Nunca quisiste formar parte de mi continente, Nunca tuviste ganas de las mareas de mi mar, del oleaje de mi playa. Y necesitar es una palabra que no me gusta, no es mas que un verso bajo otro verso. Y pedir cariño me suena a mendigar algo que ya no es tuyo. Y te juro que nunca fui así, que nunca he necesitado, que nunca pedí nada mas allá de lo que me quisieron dar. Y solo el mero hecho de querer respirar (te) no me gusta joder, porque ya no estás, porque nunca estuviste ni estarás. Y prefiero arrancarme mi propia lengua de un mordisco y tragármela a querer extender mi brazo para tocarte. Tus deudas quedan absueltas, ya no hay días de la semana que me tengas que devolver, pero déjame que me marche sabiendo que ya no te debo ni un solo beso tras los coches, que a mi pijama de otoño se le pueden caer las hojas, porque no habrá habitación ni cama que nos cobije. Ya puedes abrir la cancela, las palabras quedarán en el umbral de los labios, en el quicio de mis uñas. No habrán más abordajes, ni más piratería barata. Voy a marcharme entera, con mi nombre, ese que nunca quieres pronunciar. No voy a dejar que el necesitarte me emborrone nunca más


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2 comentarios:

JJ dijo...
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Anónimo dijo...
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