oh soledad, mi sola compañia..

Bueno, 5ª primera semana de universidad. Resultado: soledad.
Y es q con el paso de los años, mis compañeros han ido acabando la carrera, y hasa este año no me he dado cuenta de lo sola q me quedé.
Si el año pasado me quedaban dos o tres compañeros que me hacían compañían en algunas horas, este año ya ni rastro. Y la verdad esq se hechan de menos.
Puede que yo haya perdido tres años de clases ( uno por cada operacion de rodilla...) y si a eso le añado mi desconcentracion patente pues mas motivos para quedarme atras. Pero la verdad esq en el fondo no hay escusas.
Me siento vacía. Llego a clase y ninguna cara me resulta conocida. No quiero desanimarme, aun q ahora me cuesta mucho más que antes hacer nuevas amistades, pero supongo q echandole un poco de valor conseguiré arrimarme a alguien para charlar cuando me aburra en cualquier asignatura, o para pedir apuntes cuando me quede dormida ( ya sea en clase o ya sea en mi camita :P)
Y cuando me he dado cuenta de esto?? Pues el segundo día de clase, al verme rodeada de caras nuevas... y sobre todo al salir a las novatadas, al ir al bar donde siempre hemos idos los telekos. Me sentí un poco desplazada. Esto es un nuevo reto para mi. Volver a integrarme... Nada es imposible no??

Respecto a la comida... Supongo q cada día la cago más. Si intento comer, eso sale por donde entra, si no intento comer... peor aun, pq me agobio sabiendo q lo estoy haciendo rematadamente mal. En fin... A ver si llega pronto la cita con el lokero

Ayer fui a comparme ropa a casi la unica tienda q vende ropa de mi talla. Me compré dos pantalones: misma talla mismo fabricante. Problema: no puede ser q uno me quede estrecho y otro me quede enorme si los dos son del mismo fabricante y de la misma talla :s. De todas maneras me los compré. Al que me esta grande le haré unas pinzas y al q me esta un poco estrecho.. ya se ensanchará de usarlo :P (es la manera más positiva de verlo...)

¡Oh soledad, mi sola compañía,
oh musa del portento, que el vocablo
diste a mi voz que nunca te pedía!,
responde a mi pregunta: ¿Con quién hablo?

Ausente de ruidosa mascarada,
divierto mi tristeza sin amigo,
contigo, dueña de la faz velada,
siempre velada al dialogar conmigo.

Hoy pienso: Este que soy será quien sea;
no es ya mi grave enigma este semblante
que en el íntimo espejo se recrea,
sino el misterio de tu voz amante,
Descúbreme tu rostro, que yo vea
fijos en mí tus ojos de diamante.